¿Cómo se cobra un diseño free lance?, ¿cuales son los parámetros a la hora de poner un precio?, ¿cuál es el límite en la cantidad de cambios de color, de diseño y muestras que entran en un mismo presupuesto?.
Pregunté a colegas de diseño textil, de diseño grafico e ilustradores.
Los ilustradores parecen estar más contenidos ya que las editoriales tiene una "línea" muy precisa y saben bien (no todas pero si muchas) lo que quieren cuando piden ilustrar tal o cual libro. Pero...pobres los diseñadores!!. Los clientes son muy variados, eso también es positivo por que te hace conocer un abanico enorme de posibilidades, pero, si uno no tiene claro su presupuesto termina trabajando meses y enredándose en muestras y muestras para ,finalmente terminar en la primera entrega que se mostró allá por el comienzo.
En primer lugar ,uno de los diseñadores gráficos que consulté, que tiene basta experiencia en su trabajo, me dijo que es muy importante tener una reunión con el cliente en donde se le pida que haga un "brief", es decir "una bajada" de lo que se imagina. Todo cliente tiene ya en su cabeza un boceto allá lejano, el arte del diseñador es saber interpretarlo. Se pueden ver imágenes ilustrativas que se tengan en una base de datos, ejemplos que seguramente el cliente ya estuvo viendo, hablar de colores, tipografías tamaños , en el caso del diseño textil ver para qué es el diseño, si decoración , indumentaria, blanquería y a quién va dirigido.
Se ofrece un paquete por un presupuesto y cuando se sale del paquete se cobran extras. Por ejemplo tres bocetos de un diseño, de ahí se elige uno para comenzar a trabajar, si de ahí no surge nada es que faltó comunicación, se puede volver a tener una reunión y ver qué es lo que está pasando ya que algo se entendió mal en el proceso. Puede surgir de esa reunión un boceto más o repensar si se puede responder a algunos pedidos. Si el cliente no tiene idea de lo que está buscando, el dicho: "diseñame algo" sin tener rumbo a veces pasa y eso nos hace perder mucha energía en algo que no llega a buen puerto.
Una de las diseñadoras del grupo facebook me recomendó una nota de Alejandro Bottini, que , supongo que será diseñador , que está muy buena para pensar en números, está en éste link:
http://www.udgba.com.ar/recursos/articulos/como-hago-para-fijarle-un-precio-a-mi-trabajo-de-diseno
Paso en limpio algunos conceptos:
Pregunté a colegas de diseño textil, de diseño grafico e ilustradores.
Los ilustradores parecen estar más contenidos ya que las editoriales tiene una "línea" muy precisa y saben bien (no todas pero si muchas) lo que quieren cuando piden ilustrar tal o cual libro. Pero...pobres los diseñadores!!. Los clientes son muy variados, eso también es positivo por que te hace conocer un abanico enorme de posibilidades, pero, si uno no tiene claro su presupuesto termina trabajando meses y enredándose en muestras y muestras para ,finalmente terminar en la primera entrega que se mostró allá por el comienzo.
En primer lugar ,uno de los diseñadores gráficos que consulté, que tiene basta experiencia en su trabajo, me dijo que es muy importante tener una reunión con el cliente en donde se le pida que haga un "brief", es decir "una bajada" de lo que se imagina. Todo cliente tiene ya en su cabeza un boceto allá lejano, el arte del diseñador es saber interpretarlo. Se pueden ver imágenes ilustrativas que se tengan en una base de datos, ejemplos que seguramente el cliente ya estuvo viendo, hablar de colores, tipografías tamaños , en el caso del diseño textil ver para qué es el diseño, si decoración , indumentaria, blanquería y a quién va dirigido.
Se ofrece un paquete por un presupuesto y cuando se sale del paquete se cobran extras. Por ejemplo tres bocetos de un diseño, de ahí se elige uno para comenzar a trabajar, si de ahí no surge nada es que faltó comunicación, se puede volver a tener una reunión y ver qué es lo que está pasando ya que algo se entendió mal en el proceso. Puede surgir de esa reunión un boceto más o repensar si se puede responder a algunos pedidos. Si el cliente no tiene idea de lo que está buscando, el dicho: "diseñame algo" sin tener rumbo a veces pasa y eso nos hace perder mucha energía en algo que no llega a buen puerto.
Una de las diseñadoras del grupo facebook me recomendó una nota de Alejandro Bottini, que , supongo que será diseñador , que está muy buena para pensar en números, está en éste link:
http://www.udgba.com.ar/recursos/articulos/como-hago-para-fijarle-un-precio-a-mi-trabajo-de-diseno
Paso en limpio algunos conceptos:
Diferencia entre Valor y Precio
Nunca hay que dar por hecho el precio. Generalmente los profesionales casi de cualquier profesión tenemos el mal hábito de subestimarnos, sin embargo debemos tener cuidado porque si fijamos precios demasiado altos no lograremos concretar ningún negocio, pero si por el contrario, ponemos un precio demasiado bajo, desearemos no haber obtenido ninguno. ¿Cómo debemos fijar un precio a nuestros servicios?.... sigue en la nota
Tenemos que entender a nuestra actividad como una empresa, por más que trabajemos solos en casa o tengamos un estudio con personal contratado. En ambos casos los principios económicos son los mismos. Teniendo en cuenta que el objeto de cualquier empresa es el de generar utilidades para sus accionistas, a través de proporcionar bienes y/o servicios, cobrando un precio que cubre los gastos y genera una utilidad, cumpliendo así una función práctica dentro de la sociedad...
Nuestra actividad debe generar una ganancia, esto que parece tan obvio, a veces no lo es tanto, sobre todo para diseñadores jóvenes que por hacerse de un lugar descuidan este aspecto, un derecho de piso no se paga regalando (o casi) un trabajo, con esto sólo se consigue prostituir el mercado y desvalorizar la actividad. O sea pan "tal vez para hoy" y hambre "seguro" para mañana.
Método basado en horas
- Horas Diseño. horas que le dedicamos a las reuniones con los clientes, la investigación del proyecto, documentación, atención al cliente, visitas y toda aquella actividad que nos permita determinar un proceso, una premisa o guía para el diseño.
Las "horas diseño" tienen el valor del sueldo del dueño dividido 160, que son las horas promedio que se trabajan en un mes. - Horas Taller. Acá incluimos todo el tiempo que dedicamos a la elaboración de propuestas de diseño, creatividad, bocetado, pruebas, reuniones de control/aprobación, corrección y todo aquello que nos sirve para determinar un boceto hasta su autorización.
Las "horas taller" son los gastos fijos. La suma del alquiler del espacio físico, más otros sueldos, amortizaciones, gastos de servicios promedio, etc. - Horas Producción. Y en este concepto determinamos el tiempo que usamos para desarrollar en forma final aquellos elementos que sirven para entregar al cliente los trabajos en forma definitiva. Son todos los sueldos, más todos los costos fijos, más gastos variables (materiales, nafta, mensajería y los gastos que son únicos para ese proyecto en particular)
Método en base a matriz de tasa diaria
- Primero debemos determinar nuestro salario anual. Ya dijimos que aunque trabajemos solos, debemos considerarnos nuestros propios empleados.
- Luego cuáles son mis costos para mantener el negocio. Todos los costos fijos estimados para un año.
- La suma de estos dos puntos nos da como resultado una cifra punto de equilibrio.
Esta es la cifra que se necesita cada año para mantener andando el negocio sin ningún margen.
- Calculamos un porcentaje de utilización. Esto es para determinar qué porcentaje de nuestro tiempo podemos cobrar para mantenernos y ganar. Hay horas "muertas" de reuniones, presentaciones, más reuniones y más presentaciones. Esas, en este caso, no se cobran. Para el diseño gráfico una tasa de utilización alrededor del 60 % parece apropiada.
- Necesitamos un margen de ganancia. Ya comentamos que más de un 40% nos va a situar muy alto y con menos de 20% nos fundimos ante el menor imprevisto. Determinemos tres tasas marginales dentro de estos porcentajes.
Si el cliente nos pide reducir nuestra cotización, tenemos sólo dos opciones, disminuir el margen de ganancia, lo cual queda a nuestra discreción o reducimos las horas de trabajo arriesgándonos a ofrecer un trabajo de menor calidad. Si aún así nuestros costos siguen siendo altos, debemos disminuir gastos fijos, como nuestro sueldo, el de nuestros empleados, el alquiler, etc. Si no, corremos el riesgo de no poder afrontarlos a fin de mes y no habremos hecho ningún negocio.
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