Cecilia Maiorana tiene un showroom luminoso y lleno de
moldes, colores, textiles, banderines, mesa de corte y perchero con sus
creaciones. Todo desborda de detalles que importan, que realzan y que invitan a
mirar detenidamente. Los pequeños muñequitos que a veces acompañan las prendas
son muy divertidos y dan ganas de quedarse con ellos para llevar en la cartera,
son hermosos. Los botones, las estampas, todo remite al juego.
Para llegar a ser independiente Cecilia tuvo que atravesar
un camino , parecido al de muchas de nosotras , lleno de empresas textiles que
no valoran al diseñador por qué no terminan de comprender la diferencia entre
un diseño pensado por un diseñador argentino o
una copia fiel de una prenda traída de afuera. Y que no diferencian una
diseñadora de una vendedora o creen que todo es lo mismo. Nos formamos para
diseñar está más que demostrada la capacidad de un diseñador argentino pero
todavía es muy difícil que las marcas lo comprendan, por eso siempre el camino
hacia la independencia vale, vale todos los sacrificios que tengamos que hacer
como los que hizo Cecilia.
Contame cómo empezaste
De chica dibujaba historietas y ya diseñaba los vestiditos
en los personajes, todo con mucho detalle. Siempre tuve facilidad para el
dibujo me iba muy bien dibujando. Además mi abuela era modista, la veía coser y
yo me hacía algo de ropa. Siempre me gustó la moda, pero cuando salí del
colegio los caminos que me interesaban eran o arquitectura o diseño. Todas mis
amigas iban a seguir arquitectura y eso me angustiaba porque yo quería seguir
con ellas. Empecé el CBC que fue terrible porque yo venía de un colegio privado
y la escala de gente cambiaba mucho, eras uno más, pero yo siempre soy pujante
y lo terminé y ahí comencé diseño de indumentaria. Una carrera que hice en cuatro años para también luego
seguir la carrera de diseño textil.
¿Cómo te fue cuando te recibiste?
Cuando me recibí no había laburo, estábamos en la década de
los 90, década Menemista, sin industria Nacional. Mandaba currículums por
correo porque todavía no era tan común manejarse sólo por el mundo digital,
todos los lunes mandaba cinco o seis Cv.
Me acuerdo que fui a Chibel a ofrecerme para trabajar gratis, le rogaba
al dueño porque quería adquirir experiencia, pero el señor me decía que ellos
traían todo de afuera y no necesitaban diseñador.
Me deprimía pensando en que me había equivocado de carrera.
Mi papá es contador y pensé que debería
meterme a estudiar eso, pero realmente no es lo mío ni me interesa, era el
camino al revés. Me conformé trabajando haciendo changuitas. Finalmente
entré como vendedora en una casa de carteras muy top “Peter Kent”, y ahí
aprendí mucho a relacionarme con la gente,c ómo vender. Aunque ya eso lo tenía
un poco incorporado porque mi mamá tuvo zapatería cuando yo era chica y yo
atendía los sábados para tener plata para salir a la noche.
Al mismo
tiempo aprendía inglés para poder
atender mejor a los extranjeros, nunca hice mi trabajo para cumplir un horario,
siempre me fui especializando acorde a lo que iba necesitando.
El camino
Mientras trabajaba en la marca de carteras hacía mis propias carteras detrás del mostrador,
se usaban mucho los canutillos así que bordaba con canutillos y dejaba
mis diseños en Luna Garzón para vender, a veces les vendía a las propias
clientas de la marca. Hacía unos chales de tul pintados a mano y bordados, eran
como muy experimentales, y mi compañera vendedora les contaba a las clientas lo
que yo hacía y vendía un montón. Hice como un portfolio, así sacando fotos en papel porque seguía en la
época en donde lo digital todavía no era furor. Finalmente renuncié y me mandé
sola a hacer carteras. Me costó muchísimo, me iba a las ferias de Palermo,
pagaba stands en la feria del Buen Día, a las ferias de Kika, vendía un montón
pero a veces me costaba competir con cosas traídas de afuera.
En esa época también me fueron saliendo trabajos de
diseñadora. Comencé a trabajar en el taller de la tía de una amiga, me mandaban
a ver al modelista y yo no entendía qué tenía que hacer porque nadie me lo decía. Me tomaron para
hacer primero unos textiles para una marca, luego hacía órdenes de corte y
control de talleres y luego me echaron. En seguida me recomendó otra amiga con
su cuñado para trabajar en una marca de Avellaneda y Helguera para el área de
producto, me mandaban con las bolsas de prendas a llevarlas a talleres
clandestinos, todo sin remito. Una
vez me paró la policía y la pasé muy mal, me dejaron ir por que
entendieron que no tenía nada que ver, ni sabía lo que estaba haciendo. En éste
lugar no me pagaban sueldo, mientras ellos viajaban a Europa a ver colecciones,
“no tenían plata” para mi sueldo, así que yo me iba a plaza Armenia con mis
carteras y me sentaba ahí a venderlas, pero realmente era algo que me hacía muy
mal porque yo no era una artesana, cuando veía alguien que conocía me escondía
atrás de una cartera.
De éste trabajo sin sueldo también me echaron, así que
retiré un montón de ropa. Habían tomado a una chica mucho más chica que yo y a
ella sí le pagaban por que la chica entró pidiendo ya un sueldo determinado. De
ahí me fui a trabajar con un viejo que revendía ropa deportiva, yo me encargué
de organizar, haciendo fichas técnicas, llamando talleres y organizando la
producción, pero luego no me quería pagar…terminé mandando carta documento.
De ahí entré a trabajar a “Uniformes”, por primera vez tuve
un buen ambiente laboral, aprendí mucho, conocí un montón de talleres, y me
quedé tres años. Luego unos amigos me convocaron, ellos trabajaban para MIMO
pero decidieron abrir una marca propia, querían alguien que les hiciera la
producción, seguimiento y diseño. La idea estaba buenísima porque era para
crecer, pero cuando uno arranca no puede tener todo y no les alcanzaba para
pagar toda la infraestructura que pretendían mantener, se fueron abriendo y yo
me quedé a cargo de todo, al año estaba agotada.
Luego conseguí trabajo en Martina Di Trento, se trataba de
retocar fotos de producto, duré tres meses, había muy mal ambiente de trabajo.
Salí de esa marca ya con la idea de construir mi propia marca. En mi
experiencia en la marca para chicos había visto qué se vendía y que era un rubro donde faltaban propuestas.
La libertad
Comencé cursos en el INTI de moldería para chicos, y de
punto, son cursos muy buenos.
Hice unos pequeños trabajitos de moldería free lance para la
marca Huija.
Mientras ideaba mi marca entré a trabajar en un lugar que se
llama Karen Oviano , de ropa deportiva, hubo muy mal trato. Tuve tantas
entrevistas en tantos lugares que creo que supero las 100 entrevistas eso ya te
da un entrenamiento en saber a dónde no
te interesa trabajar. En lady Stork me compararon con una chica que pedía 500
pesos de sueldo, es imposible competir así. Me han dicho a veces que estaba sobre
capacitada para el trabajo…no es ridículo?, todo el mercado se mueve en base a
los sueldos que quieren pagar, no importa el conocimiento.
También estuve en una marca de mallas, fui a una entrevista
en Bragado para Le utthe, querían que me mudara allá para trabajar, y cuando
estaba todo casi listo tomaron una vendedora para “formarla” en diseño…
Chun Chun
Luego de esa última experiencia empecé con Chun Chun, le
puse así porque es símil a mi sobrenombre. Elegí ropa para chicos porque veía que funcionaba.
Me compré un montón de revistas de indumentaria de niños, me puse a investigar
marcas, fui a Mavín , que es la feria de ropa para chicos, en la que quiero
estar pero para eso necesito un stock muy grande para poder responder. Mandé a
todas las marcas que había contactado en mis años de trabajo la propuesta de mi
marca y, mientras tanto, hice el curso de emprendedores del Gobierno de la Ciudad
que me sirvió muchísimo. Hice cursos de ventas y ya, cuando estuve lista,
empecé con la colección.
Hice toda la moldería. Gracias a un trabajo, dentro del
curso de emprendedores, tenía planificados los artículos.
Empecé a recorrer locales y como manejaba buenos precios me
compraban y así fui armando una cartera de clientes. Había hecho muchos artículos,
pero por ejemplo, había hecho artículos “estrella” como un tapadito tipo trench
que salió muy bien.
El tema de tener mi propia página web me ayudó muchísimo,
con la página vendo un montón y con la publicidad también. Ahora trabajo más
que antes pero estoy construyendo mi camino independiente.
Diseñadora: Cecilia Maiorana
Direcciones de locales en Capital y alrededores
Nonnina: Nogoyá 3183 - Villa del parque
Orejas de Burro: Alvarez Jonte 4932 –Montecastro
Star Kids: Suipacha 928- Microcentro
Galopines: J.D.Perón 2305-V.Alsina
Amess infantil: Maipú 487- Banfield
Purretes: Estados Unidos 406- San Telmo
Cuando sea grande: Av. Rivadavia 16100- Haedo
Salta Violeta: Echeverría 6083- Laferrere
Circo de Pulgas: Cnel. D’elia 1641- Lanús
Consultar por locales en el interior
Gracias Jimena! quedo muy linda la nota.
ResponderEliminarOjalá esto ayude al resto para tomar el puntapie inicial...
gracias a vos cecilia!! es un aporte muy importante el que haces en esta nota y es muy valioso para todas las diseñadoras, te agradezco en nombre de todas!
ResponderEliminarlindísima nota!!! felicitaciones!
ResponderEliminarsi la verdad me siento muy identificada con vos es duro el camino para comenzar yo recien estoy empezando a crear mi proyecto y muchas veces que por falta de dinero no podes llegar aconcretar lo que decas alcanzar.como asi tambien encontras los vivos que te hacen trabajar y cuando entregas el corte no te pagan una bronca ...tanto trabajar para que cuando vas trabajar te digan pasa mañana..pasa la otra semana...ay asi te van estirando pero bueno de los errores uno va aprendiendo y ya sabes que con ciertas personas no vcale la pena trabajas ..muchas veces digo prefiero estar sin trabajo un par de meses y no trabajarles gratis a los vivos...pero bueno asi y todo yo sigo para adelante..despues de todo ..no ahy mal que por bien no venga..saludos atodas y les dejo mi cel aquien les interese tengo un taller chico en berazategui centro 15-3105-0488 silvana
ResponderEliminarnecesito saber el tel de cuando seas grande, que venden tu ropa, lo tenes?
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