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domingo, 1 de abril de 2012

luis quesada

(Nota extraida de la pagina MDZ por Laura Valdivieso)
Cuál es la diferencia entre arte y artesanía


Sobre las creaciones del artista plástico Luis Quesada, nuestra columnista de arte Laura Valdiveso realiza un interesante análisis sobre las estrechas relaciones que conviven entre el arte y la artesanía y sobre la compleja tarea de establecer sus límites.


Las relaciones entre el arte y la artesanía han variado a lo largo de la historia. Definirlos a ambos y dibujar sus límites resulta muy difícil. En algunos períodos los dos conceptos han convivido casi al punto de mimetizarse; en otros, en cambio, todos los esfuerzos han estado apuntados a separarlos y, generalmente, a darle al arte un rango superior. De allí lo de Bellas Artes para la pintura, la escultura y el grabado, por ejemplo, y Artes Aplicadas para las otras cosas.
Lo cierto es que arte y artesanía son disciplinas que convergen en algunos casos, muchas veces sin siquiera pretenderlo. A veces una artesanía ha devenido obra de arte por su refinada calidad, por su originalidad, por su laboriosidad, pero ninguna de estas cualidades parece cerrar el asunto. Otras, porque los artistas se la apropiaron y utilizaron su técnica o sus imágenes para reinventarlas en obras de arte. Pero indudablemente uno de los principales puntos de contacto entre ambos tiene que ver con la idea de “oficio”, es decir, un saber hacer, una especie de idoneidad fáctica sobre algún material y sus procedimientos de manipulación. 

Acá estamos frente a dos obras de Luis Quesada en las que ha cruzado de ida y vuelta todos los límites diferenciadores. Ambas son de madera, cortada en pedacitos pequeños, pulidos y perforados para luego ser enhebrados, procedimiento este que puede categorizar perfectamente como artesanía. Lo que las distingue es la escala y la función.
Los collares, por ejemplo, son objetos utilitarios, que se infiltran en el mundo tradicional de la joyería, ligado históricamente a los metales y piedras preciosas. Acá no hay conflicto con el término artesanía, salvo por el hecho de que están confeccionados por un artista. Igualmente, como joyas, son objetos anarquistas que se ubican en un borde poco convencional, por su material y por su diseño con reminiscencias del pectoral indígena o egipcio.

En el caso del mural o “tapiz de madera” como los llama su autor, se repite el procedimiento constructivo, pero alcanza dimensiones hiperbólicas por acumulación desmedida y termina dando origen a un objeto de gran escala que pierde las referencias originarias de lo artesanal. Resulta un tapiz también trasgresor porque no es de lana, como suelen ser. Acá no hay dudas de que estamos frente a una obra de arte, pero lo particular es el procedimiento con el que está realizada: no es pintura, ni escultura convencional sino que remite a un método artesanal. 

Conclusión: Luis Quesada es artista y artesano al mismo tiempo y los límites entre ambas disciplinas fluctúan permanentemente. Pero lo más importante, en ambos casos, es que las características que los constituyen en obras de arte son su calidad, belleza y originalidad.




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